Tom Ford ha sido responsable de las firmas Gucci e Yves Saint , ha colaborado con Estée Lauder, ha sido portada del Vanity y, finalmente, ha creado su propia marca Tom Ford, que es el paradigma de la elegancia y el elitismo.
Leo con asombro que el Código de Autodisciplina de Comunicación Comercial italiano censura la campaña de Tom Ford al considerar que "la imagen es muy alusiva y provocadora". Me estoy refiriendo a está foto, la foto del dedo.
La escena, según el Instituto de Autodisciplina, "atenta contra los límites aceptables en la comunicación, pudiendo llegar a herir sensibilidades". El anuncio, "marcadamente vulgar" según el organismo, "degrada la dignidad" de la mujer.
Me asombró, decía antes, porque el resto de imágenes -tomadas por el polémico Terry Richardson- sobrepasan en atrevimiento la fotografía censurada, como puede verse aquí, sin que sobre ellas caiga penalización alguna.
A continuación imágenes de otra campañas de Tom Ford y Terry Richardson, en las que se puede ver claramente la tendencia a la provocación a través del sexo. El “aroma para el hombre” de la marca es uno de los más claros ejemplos de sexismo publicitario que podemos encontrar.
Me pregunto cuándo una imagen deja de ser considerada como pornografía para convertirse en arte, arte publicitario, pero arte pagado con millones y con reconocimiento.
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