La marca danesa de ropa interior masculina JBS ha lanzado una campaña publicitaria, realizada por &Co, que ha levantado una gran polémica.
La campaña está compuesta por cinco carteles que representan a distintas mujeres lig eras de ropa (monja, doncella, secretaria, enfermera….) oliendo extasiadas los efluvios que emanan de unos calzoncillos JBS. Todos ellos son de un machismo impactante, ¿es necesaria la utilización de la mujer para la venta de productos masculinos?, que nos recuerda mucho la de otro viejo conocido en estos asuntos, AXE (ver entrada de 2 de junio).
Lo que más me ha irritado de este asunto es que la polémica no se ha suscitado por la casposidad sexista que rezuman los anuncios, sino por la utilización de la imagen de una monja que las asociaciones católicas han visto como una herejía y una ofensa a esta religión. Se ve que no todas las mujeres somos iguales, ununa monja es una monja y el resto….¡Dios dirá!
Por último un video de un anuncio de la marca JBS en el que ironiza sobre los hombre utilizando, ¡cómo no! la imagen de la mujer.
3 comentarios:
Qué pasada, de verdad!
Me parece increíble que aún se siga haciendo publicidad de este tipo, en serio. Gracias por abrirme los ojos. No deja una de asombrarse nunca, a veces desgraciadamente.
No sé cómo he llegado hasta aquí, pero ha valido la pena. Me interesa la publicidad y todo lo relacionado con la imagen. Tienes un sitio que promete, aunque casi no lo he visto. Con tu permiso, algunas cosas te las pillaré para colgarlas en mi ventano. Emplear el sexo en publicidad lo veo correcto. Lo inaceptable es emplear a la mujer como reclamo sexual, pues entonces la convierten en un objeto. Lo difícil es definir dónde está la frontera que separa ambos usos. Porque a veces, el problema está en la mirada enfermiza del espectador, como bien dices respecto a la monjita y la iglesia.
Volveré
Bssssssssssss
César
Está genial tu blog, pero permíteme una aclaración:
Las mujeres sí somos iguales, pero en este caso la ofensa se agrava al utilizar la imagen de una monja. No porque la monja sea superior o inferior a las demás mujeres, sino porque la ofensa tiene una doble vertiente: por un lado, la del machismo chabacano que se deja ver en todo el anuncio; por otro, la del atentado contra lo que para muchos (entre los que me incluyo) va más allá de ideologías y opiniones; esto es, lo que entra en el terreno de lo sagrado. En este sentido, lo de la monja es doblemente ofensivo, y es por eso que hay que llamar más la atención sobre ello. Pero claro, estamos tan acostumbrados a ver ofensas contra las creencias, que ya casi nos olvidamos de lo que supone para muchos...
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