En pleno siglo XXI, la igualdad entre hombres y mujeres no está tan clara. Y, tristemente, la publicidad lo refleja. Los anuncios de coches son considerados como los más sexistas por diversas asociaciones feministas, junto con los de juguetes, moda y productos de limpieza. Casi todos los spots relacionados con la higiene del hogar los anuncian mujeres, en cambio, la publicidad de las marcas de automóviles está dirigida al hombre. En ellos, el género femenino se retrata como un objeto sexual y en pocas ocasiones son ellas las que conducen.
El sexismo está presente en todo tipo de publicidad sobre coches, ya sea un spot o un cartel. Sean criticadas o no, el caso es que las marcas buscan impactar, por lo que atentar sutilmente contra la dignidad es una manera de que llamar la atención.
Carteles publicitarios: no hay límites
Empezando por los anuncios estáticos, aquellos que adornan revistas y vallas, nos llama la atención este antiguo anuncio de Volkswagen cuyo eslogan era ‘Tarde o temprano tu mujer conducirá el coche, está es la mejor de las razones para comprarse un Volkswagen’. Lo que aclaraba mediante la letra pequeña: ‘Las mujeres son adorables, pero rompen cosas. Si tu mujer choca tu Volkswagen contra algo, no te dolerá demasiado, todas las partes de un Volkswagen son fáciles y baratas de sustituir’.
Los siguientes ejemplos demuestran que el sexismo en la publicidad existe y que las mujeres no son más que objetos en un mundo de hombres.
Ejemplos de spots sexistas en televisión
Los spots televisivos, que ofrecen mayor margen de creatividad, pueden ser graciosos y ofensivos a la vez. Como expone Arantza Zugasti, técnica de publicidad y género, ‘a veces los anuncios de televisión son tan bonitos, creativos y están tan bien hecho que ni te enteras: no es fácil reconocer el sexismo’.
5 comentarios:
todas estas campañas han sido realizadas en españa?
tengo especial interés en la de Mercedes benz.
Holaa!
Estoi muuy interesada en todo el contenido del blog que trata de la publicidad porque estoi haciendo un trabajo para acabar mi curso de batxillerato! pero no puedo ver las fotos de ninguna de las carpetas ni axe, ni benetton, ni calvin klein ni tom ford :S
Has estudiado algo relacionado con la publicidad?Ö
Felices fiestas!
Hola Laura.
He tenido un problema con las carpetas de fotos. Las tenía subidas en Picasa (Google) y me han anulado la cuenta quitándomelas todas. No sé si es por su contenido o por los derechos de autor.
Lo cierto es que me han dejado el blog destrozadito anulándome el trabajo de muhos años.
No he estudiado publicidad, soy profesora de Filosofía y utilizo la publicidad en algunas de mis asisnaturas (Ética, Sociología...).
Un saludo.
"Los siguientes ejemplos demuestran que el sexismo en la publicidad existe y que las mujeres no son más que objetos en un mundo de hombres"
La verdad es que no me gustan los anuncios en los que sale un guaperas de turno mostrando la tableta de chocolate. Siendo sinceros, esto no es porque se este utilizando la imagen del hombre como un objeto, sino por pura envidia. Ya me gustaria a mi tambien ser un icono sexual como los que salen en la tele! Jamas he oido a un hombre decir que estos tipos que salen en anuncios de calzoncillos o colonias sean objetos sexuales y muchisimo menos he oido a una mujer quejarse por esto (mas bien, todo lo contrario).
Que que quiero decir con esto? Que en mi humilde opinion todo esto de la corriente feminista es en su mayoria una pantomima proveniente de un sector puritano que por sus malas experiencias han acumulado cierto rencor contra el genero masculino.
Yo por mi parte veo estos anuncios y solo puedo admirar la belleza del cuerpo femenino (que al fin y al cabo para eso estan los anuncios, para llamar la atencion a traves de la imagen superficial). Y no por ello me creo superior ni me muestro arrogante con el genero femenino, ni dejo de ser consciente de que antes que hombres y mujeres todos somos personas con sentimientos.
Fran, está muy bien que tú al ver estos anuncios sólo admires la belleza del cuerpo femenino y que no te muestres arrogante con el género femenino, y que todos y todas somos personas con sentimientos, pero este tipo de anuncios llevan consigo un notable peso en la continuación de la desigualdad entre sexos, y por tanto son sexistas y discriminadores hacia el sexo femenino.
Te preguntarás por qué, pero es fácil: no todas las mujeres tienen en sus cabezas (por suerte) la banal creencia de que hay que ser bellas y atractivas para "andar" por este mundo. Las hay que valoran el cerebro, el ser trabajador/a y los sentimientos, y con estas cosas piensan que deberían ser válidas para ser reconocidas al igual que lo somos los hombres, sin necesidad de valorarse siempre lo exterior.
Para muchas mujeres aún no libres de pensamiento y sujetas a este estado patriarcal y machista, el ver estos anuncios las hace pensar que para ser reconocidas deben ser bellas y sexys, con lo que ayudan a perpetuar las diferencias y discriminaciones en cuanto a sexo.
Pero hay otras muchas que no tragan con toda esta basura y luchan para cambiarlo, pues saben que este tipo de cosas hace que los varones vean, por lo general, a la mujer como un objeto que les satisfaga, no van más allá, no son capaces de poner a todos y todas en un mismo nivel, lamentablemente. Se perpetua una discriminación.
Y se puede uno preguntar: ¿pero qué pasa con los chicos que también salen enseñando carnes, ahí no hay discriminación? Y yo digo, pues no, pues la realidad es que vivimos en un mundo de hombres, que gracias al movimiento feminista ha llegado en este siglo XXI a que la mujer tenga derechos como el hombre (en los países del primer mundo), pese a que la igualdad no es real. Y como vivimos en un mundo de hombres a un hombre por mucho que se le use en plan sexual no es visto con los ojos con los que son vistas las mujeres, que son tratadas,como sabemos por ejemplo en países como España, bastantes veces con violencia y maltrato de superioridad gracias a una cultura y unos medios que aún nos invaden con cosas tan zafias como esos anuncios que aquí se nos muestran.
No todo vale, hay que ponernos en la piel del otro/a.
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